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Primera reunión nacional de centros históricos de México (página 2)




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Marco Teórico

Sabemos que Identidad
cultural
es el (sentimiento de) identidad de un grupo o
cultura, o de
un individuo en
la medida en la que él o ella es afectado por su
pertenencia a tal grupo o cultura.

Características e ideas comunes pueden ser claras
señales
de una identidad cultural compartida, pero esencialmente se
determina por diferencia: sentimos pertenecer a un grupo, y un
grupo se define a sí mismo como tal, al notar y acentuar
las diferencias con otros grupos y culturas
es por ello que en cualquier proyecto de
identidad se debe identificar el nosotros y ellos. Cualquier
cultura se define a si misma en relación, o más
precisamente en oposición a otras culturas. La gente que
cree pertenecer a la misma cultura, tienen esta idea porque se
basan parcialmente en un conjunto de normas comunes,
pero la apreciación de tales códigos comunes es
posible solamente mediante la confrontación con su
ausencia, es decir, con otras culturas.

Nos enfrentamos diariamente al pesimismo, al
escepticismo de todas las generaciones que conviven en la
actualidad y a la incomunicación existente entre ellas.
Falta el discurso
vinculante, falta de criterio unificador con que interpretar la
realidad, pero, por sobre todas las cosas, falta la voluntad
social, comunitaria de hacerlo. Cualquier individuo es
prescindible y, lo que es peor aun, como consecuencia de ello, no
se sabe a qué grupo se pertenece.

La acción
humana requiere siempre proyectos que la
orienten; y así, es posible pensar la identidad cultural
cuando me reconozco parte fundamental, imprescindible y
responsable de la efectivización de los proyectos desde el
lugar donde realice mi obrar: educación, política, administración, etc.

Como dice Adorno, no hay
valor para
pensar el todo, porque se duda en poder
transformarlo, se trata de seguir intentando. El primer camino
será el reencontrar el sentido de la experiencia de
pertenecer a una comunidad
sabiendo que los sistemas de
exclusión son tan fuertes que han llegado a erosionar las
bases mismas de la cultura.

Hay una relación estrecha entre cultura e
identidad, por eso si se asimila la cultura a una cuestión
"natural", la identidades se pueden llegar a entender como algo
dado que queda marcado casi indeleblemente. Lo importante de
buscar las raíces, la autenticidad de la identidad
cultural que aparece como esencia, como una condición
inmanente del individuo. La identidad cultural aparece como
consustancial una cultura particular y se busca establecer la
lista de los atributos culturales que sirven de base a la
identidad colectiva, la esencia del grupo.

Así, la identidad cultural de una persona se
enmarca en una identidad global que "es una constelación
de identificaciones particulares en instancias culturales
distintas". La identidad es una construcción social y por lo tanto su
complejidad es innata y participa de la propia heterogeneidad de
cualquier grupo social; de hecho, como indica Cuche (1996: 91-92
y s.), la identidad no puede considerarse como monolítica
ya que eso impediría comprender los fenómenos de
identidad mixta, frecuentes en toda sociedad.

En este sentido, Weber (1979)
insiste en que los individuos cuando están dentro de una
comunidad se sienten subjetivamente como individuos con
características comunes; a partir de aquí se puede
derivar una acción comunitaria positiva o negativa en
relación a otras comunidades (a otras identidades) que se
ven y se viven como diferentes.

La memoria cultural
igual que la memoria
individual está asociada a los lugares. Lugares donde ha
ocurrido algún suceso significativo se repite
regularmente.

Por otra parte, la identidad social nunca es unilateral,
necesita la interacción. En este sentido, tanto las
identidades sociales individuales como colectivas pueden ser
comprendidas utilizando un modelo
dialéctico procesual, externo e interno. Ello supone, en
cierta manera y según Jenkins, una alternativa más
completa a la disyunción persistente en la teoría
social entre lo individual y la sociedad, la acción y la
estructura,
etc.

Aunque la construcción de la identidad sea un
proceso, ello
no implica necesariamente una secuencia, sino que hay dimensiones
simultáneas según se vaya dando la práctica
social, es lo que Jenkins denomina "momentos de
identificación" y le permite asegurar que en este modelo
dialéctico el foco está sobre la
síntesis.

En todo caso, la identidad comunitaria enfatiza la
situación grupal, destacando la cohesión y la
solidaridad
existente entre sus miembros que se identifican con dicha
comunidad. En este sentido, Weber (1979) insiste en que los
individuos cuando están dentro de una comunidad se sienten
subjetivamente como individuos con características
comunes; a partir de aquí se puede derivar una
acción comunitaria positiva o negativa en relación
a otras comunidades (a otras identidades) que se ven y se viven
como diferentes. La idea de comunidad se concreta en un terreno
más controlable o controlado. Se da una
cierta tendencia a cerrar comunidades, pero ello no quiere decir
que no se de la existencia de "comunidades de intercambio social"
(no endogámicas) según las costumbres o
hábitos enraizados en cada comunidad. De hecho, la
identidad comunitaria se basa sobre todo en la "conciencia de
comunidad" existente que fomenta la imitación entre sus
componentes, facilitando, a la vez, la
identificación.

Hay también consideraciones que retoman la idea
de identidad comunitaria para destacar las posibilidades
democráticas y solidarias en un mundo complejo y
difícil. El problema reside precisamente en abocar a la
gente advierte del peligro de las llamadas "políticas
de identidad" que refuerzan la idea de las diferencias grupales
como totales, se describe a los otros grupos como el enemigo y se
olvida que todos son miembros de una única sociedad. Dicho
autor intenta recuperar la idea comunitaria como núcleo de
interrelaciones solidarias, pero no como un enquistamiento grupal
de unos contra otros. Es más, utiliza el término
"sociedad comunitaria" para designar esa propuesta de articular
valores
comunitarios sin perder de vista la sociedad global, o mejor
dicho, desarrollarnos en ella en el caso que nos ocupa de los
Centros Históricos estos serían el tótem o
el elemento común de identidad, son espacio urbano
Histórico pero también son emoción y
vivencias comunes, es por eso importante rescatar Historia y espacio, el resto
lo hace la imaginación social al relacionar pasado con el
yo Psicológico.

TOLUCA

A. Prehistoria

Los numerosos huesos
fósiles localizados por los estudiosos en el Valle de
Toluca, Ixtapan de la Sal, etc., demuestran que, en la más
remota antigüedad, en el municipio estuvo poblado por una
fauna gigantesca
común a todo el continente; no hay que perder de vista que
la laguna de Lerma abarcaba una gran parte de la región y
era propicia para la vida animal.

Todavía hace 10 o 12 mil años,
existían en todo el altiplano de México las
grandes bestias llamadas mamuts, por lo que es muy posible que
las tribus que hemos llamado del "Hombre de
Tepexpan" – cuyos restos se encontraban en las orillas de
Lago de Texcoco- hayan emigrado también al territorio de
nuestro municipio.

La presencia del hombre ha quedado ya comprobada
históricamente: al estudiar las pirámides de
Calixtlahuaca, el Doctor García Payón encontro que
en la construcción redonda, que tiene tres edificios
superpuestos, el más profundo de éstos es de origen
otomí y pertenece a la misma época en que
floreció Teotihuacan, unos pocos años antes de la
Era Cristiana.

B. Fundación y primeros
pobladores

Para el profesor
Javier Romero Quiroz, todo el Valle lo poblaron matlazincas (los
hombre de la red) y otomiés (los
cazadores de pajaros), que fueron convertidos a la cultura
náhoa en tiempos de los toltecas.

Don Lázaro Manuel Muñoz y el maestro
García Payón, tomando como base los estudios del
sabio italiano Lorenzo Boturini Benaduci, aseguran que los
matlazincas llegaron al Valle en el siglo Vii y que fundaron
Toluca y sus pueblos; como Calixtlahuaca, Tecaxic y la propia
Toluca. El maestro Muñoz es más exacto cuando dice
que fue el año 640, 5 antes de que los toltecas que se
establecieron en Tula. Sin embargo, Aurelio Venegas y otros
autores afirman que Toluca fue fundada por el chichimeca
Xólotl al llegar a estas regiones, en 1120. Ello se debe a
la idea de que los aztecas trataron
de justificar sus conquistas argumentando que todos los pueblos
que sometían eran hermanos, es decir, que sólo
estaban juntando a la familia, Y
entonces, con el tiempo
llegaron a decir que de norte habían salido en su
peregrinación las " Siete Tribus Nahuatlacas", y entre las
que se incluía a los matlazincas.

Nosotros debemos dar como buena, por sus comprobaciones
históricas, la de sigloVII.

Alvarado Tezozomoc, Alva Ixtlixóchitl y otros
estudiosos indo-hispanos, coinciden en que los matlazincas
llegaron a tener sus grandes ciudades, especialmente en Toluca,
Tenango y tenancingo, sin por esto precisar cuál de las
tres fue más poderosa. Aunque nahuatlizados, los
matlazincas tenían su idioma especial que era el pirinea;
pertenecieron libres hasta 1473, si bien aparecen como los
aliados de los reyes Izcóatl y Moctezuma, a quienes
acompañaron en sus conquistas.

C. Época Prehispánica

Los matlazincas y, en especial, los tolucas, tuvieron la
desgracia de quedar en medio de dos grandes potencias militares:
los aztecas en el oriente y los tarascos por el poniente. En
1473, cuando el Azteca Axayácotl decidió dominar a
los tarascos, primero conquistó el Valle de Toluca, no sin
antes vencer la firme resistencia de
sus pobladores.

Los herederos de Axayácatl, Tizoc,
Ahuízotl, fueron quienes consideraron el dominio mexica
sobre todas las posesiones, pues además de Toluca
conquistaron Tenango, Tenancingo y las regiones Otomí y
mazahua del norte. A la llegada de los españoles, los
matlazincas estaban sometidos a los aztecas, aunque eran
más bien tratados como
aliados.

Es muy digna de tomarse en cuenta la figura del
último señor de Toluca, Chimaltecutli, quién
después de luchar denodadamente contra los tarascos y
haberlos detenido en las fronteras del reino purépecha, se
alió con Axayácatl, al que hirió en una
pierna, dejándolo cojo de por vida. Sin embargo, el
tlatoani azteca pudo capturarlo y lo sacrificó a
Huitzilopochtli en una de las grandes fiestas de
Tenochtitlan.

Grandes grupos de matlazincas, algunos de Toluca, que no
acaptaron la domininación azteca, se refugiaron en la
región michuca, donde los acogió Tzitzic
Pondécuare, rey tarasco que les dio tierra en
medio de su región. Estos matlazincas fundaron el pueblo
de Charo, en honor del rey que les dio asilo, al que de
pequeño llamaban "Characu". Con el tiempo hubo
confusión entre los historiadores por la existencia de dos
matlazincas: el del Valle de Toluca y el de la región de
Charo.

Afianzaron la dominación azteca sobre Toluca los
emperadores aztecas Tizoc, Ahuízotl y Moctezuma Segundo.
En la piedra de los sacrificios que está en el Museo
Nacional de Antropología e Historia, hay una imagen en que
Tizoc se ostenta como conquistador de Toluca.

Los emperadores aztecas entregaron las tierras del
Matlatzinco al dominio de sus aliados: Tezcoco, Tlaltelolco y
Tlacopa, así como de la familia del
Ahuízotl.

En esta época Toluca contaba con 23 pueblos,
más el barrio de Yancuitlalpan, después llamado
Santa María de las Rosas y San
Miguel Totocuitlapilco, San Bartola Tlatelulco y San
Jerónimo Chicahualco. Después de la Independencia
se le suprimieron estos tres últimosy pasaron a formar
parte de la jurisdicción de Metepec.

Como se habrá notado, los nombres de los pueblos
de Toluca provienen del náhuatl y no del matlazinca; esto
se debe a la conquista azteca, pues los grupos de mexicanos que
llegaron a poblar el Valle pusieron a las comunidades los nombre
de los lugares de Anáhuatl de donde
provenían.

D. La dominación
española

En este estado de
cosas, llega el año de 1521 y con él la conquista
española. Bernal Díaz del Castillo asegura que
mientras Cortés asediaba Tenochtitlan, un grupo de
otomíes del norte del Estado se presentó ante el
conquistador para denunciar que los toluqueños o
matlazincas se preparaban para atacarle por la espalda; temeroso
de ello, Cortés comisionó al capitán Gonzalo
de Sandoval para que, con 60 españoles y más de 60
mil indios, entre ellos los otomíes, atacaron Toluca por
sorpresa.

Gonzalo de Sandoval cayó como rayo sobre la
ciudad y la destruyó casi totalmente, con lo que se
inició la existencia de una ciudad española el 19
de marzo de 1521, razón por la que el nuevo pueblo
recibió el nombre de San José. Otro detalle
significativo es que la ciudad matlazinca se había
dispersado en las faldas de los cerros, en especial el Tolochi,
donde se encontraba el templo principal de dios Tolo.

Los españoles, más acostumbrados a los
llanos, fundaron la ciudad en los terrenos cercanos al Tolochi,
dónde aún existe la Plaza de los Mártires.
Cuando Hernán Cortés conoció Toluca y el
Valle, notó su gran parecido con la región de
Extremadura, en España, de
donde era originario; y desde 1529, cuando por primera vez
pidió a Carlos V la merced de las tierras que formaron el
marquesado del Valle de Oaxaca, incluyó en su feudo a
nuestra ciudad y sus alrededores en esta forma Toluca aparece en
la historia castellana por primera vez, consignada en la real
cédula dada a Barcelona el 6 de julio de 1529 por el rey
católico, dentro de la donación hecha a
Cortés como gobernador y capitán de la Nueva
España. La posesión que le fue confirmada a su hijo
Martín Cortés y Ramírez de
Arellano, a partir de 1647. Es así cómo Toluca
pasó a ser Villa y corregimiento de Toluca hasta fines del
siglo XVIII.

Cortés en Toluca

Sin embargo, en abril de 1533, el propio Carlos V hizo
merced a los naturales de algunas tierras para que pudieran
construir su cabildo de indios y el pueblo de Toluca; las
gestiones corrieron por cuenta del notable Pedro Cortés
Coyotzin, cacique de Toluca, heredero de los que habían
sido señores del reino matlazinca; y de Pedro
Hernández y Martín Rivera, caciques de Metepec y de
Ixtlahuaca, respectivamente. De esta manera coexistieron el
corregimiento del Marqués del Valle, la Republica de
Indios y sus tierras de comunidad.

Es de creerse que desde que la conquista del matlazinca
subieron a los altos de Toluca sacerdotes franciscanos que
iniciaron la evangelización; sin embargo, se reconoce como
el verdadero apóstol toluqueño al insigne Fray
Andrés de Castro, que llegó a estas tierras por el
año de 1542.

Este santo varón nace en Burgos, España,
estudia la Sagrada Teología en Salamanca y pasa a tierras
americanas con Fray Jacobo de Testera. Aprendió
inmediatamente la lengua
castellana y después fue emplazado para catequizar a los
matlazincas, cuyo idioma dominó rápidamente, a
pesar de lo dificultoso de su gramática.

Este fraile llevó a cabo la construcción
del templo de San Francisco y dedicó su vida entera a
proteger y servir a los indígenas del Valle de Toluca.
Escribió algunos libros en
lengua matlazinca, los cuales desgraciadamente se
perdieron.

Toluca, su título

Respecto al título de Toluca como ciudad, los
estudiosos que se han dedicado a este problema coinciden en que
ya desde la segunda mitad del siglo XVII se le mencionaba como
ciudad; algunos dan la fecha del 19 de marzo de 1677 como aquella
en que Toluca recibió tal categoría. Sin embargo,
también están de acuerdo en que no ha sido posible
encontrar la Cédula Real de la Corona Española en
la que se dictó el derecho de la villa a elevar su
categoría hasta el grado de ciudad.

Este problema se originó a partir de que, como
Villa, podía seguir eternamente en manos de los marqueses
del Valle, pero si ascendía a ciudad, la reclamaba la
Corona y dejaba de pertenecer al Marquesado. Fue por ello que los
Monteleón y Terranova litigaron siempre en contra de las
pretensiones de los toluqueños que querían
convertir su villa en ciudad. Esto lo confirma claramente el
padre Betancourt en 1697, el profesor Javier Romero
descubrió la Cédula Real que verdaderamente
convirtió a Toluca en ciudad, pero que fue dictada por
Carlos IV hasta fines del siglo XVIII.

Esto Significa, entre otras cosas, que Toluca estaba
gobernada por corregidores que impuso el Marqués del Valle
desde el siglo XVI hasta el siglo XIX; el propio profesor Romero
da como fecha en la que cesó el gobierno de los
marqueses el 14 de agosto de 1812. Por su parte. El señor
Miguel Salinas afirma, basándose en documentos que
localizó en el archivo
histórico municipal, que el primer ayuntamiento de Toluca
se erigió el 13 de diciembre de 1812, de acuerdo con lo
dispuesto en el artículo 6º., capítulo
primero, de la Constitución Política de la monarquía española, también
conocida como Constitución de Cádiz; pero se
instaló el primer ayuntamiento
hasta el 20 de mayo de
1813 y funcionó solamente hasta fines de diciembre de
1814, en que fue abolida la constitución española.
Volvió a funcionar el ayuntamiento en 1820, cuando,
después de la Revolución
de Riego, se instauraron nuevamente las Cortes de Cádiz, y
con ellas el Colegio Constitucional.

Entre el 10 y 20 de octubre se llevó a cabo la
acción de armas que
conocemos como Batalla del Calvario y que por parte de los
españoles dirigía el tristemente célebre
Brigadier Rosendo Portier. La tropa insurgente, integrada en
especial por indígenas del Valle de Toluca y mineros del
sur, peleó bravamente, aunque al fin fue derrotada por la
superioridad técnica y numérica del ejército
virreinal. El Último punto en que se hicieron fuertes fue
precisamente el Cerro del Calvario, donde Portier tomó
prisioneros a 100 insurgentes, a los que bajaron encadenados por
la calle de debía llamarse de la víctimas, hasta el
centro de Toluca donde estuvo el convento de San Francisco. En
ese lugar y sin formación de causa, los 100 prisioneros
fueron verdaderamente masacrados, razón por la cual
después de la declaración de Independencia, a la
plaza se le dio el nombre de los Mártires. El propio
gobierno virreinal reprobó esta acción criminal de
Portier.

Independencia

Al erigirse el Estado de
México, el 2 de marzo de 1824, se dictaminó por
ley que
siguieran funcionando como municipios, con ayuntamiento propio,
todos aquellos que lo venían haciendo desde años
anteriores, de manera que, automáticamente, Toluca
comienza su existencia jurídica como municipio libre; en
esos mismos tiempos sus autoridades tratan de remodelar la
cabecera para convertirla en una autentica ciudad.

En 1827 el alcalde Luis Madrid
esbozó un plan de
transformación de Toluca, muy ambicioso, que
incluía la remodelación del centro, aprovechando
parte de la huerta del Convento de San Francisco, cuyos
alrededores eran un desastre.

Toluca, capital

Esta transformación de Toluca se aceleró
en virtud de un acontecimiento que fue crucial: el 12 de julio de
1830 y, con base en el Decreto no. 130 expedido por el congreso
Constituyente en la ciudad de Tlalpan, Toluca se convirtió
en la 4ª. capital del
Estado de México. Este decreto ordenaba que el 24 de julio
comenzara el traslado de los poderes, pero se dice
históricamente que fue desde el día 17 cuando se
firmó, por el referido Congreso Constituyente, el primer
Decreto fechado en Toluca.

Fue una gran preocupación para los
toluqueños el que pronto su ciudad adquiriese tanta
importancia, ya que no se encontraba preparada para ello; se
carecía de un local eficiente para albergar los poderes y
aun de casas habitación para los empleados del gobierno.
El edificio conocido como "Casa de Cortés" en realidad era
un viejo y destartalado caserón donde por muchos
años habían residido las autoridades virreinales y
albergado a los presos. Este uso originó su casi total
destrucción.

E. Toluca colonial

Durante la colonia, Toluca no pasó de los 8 mil
habitantes y, según algunos autores, se le podía
considerar solamente como una aldea o pueblo. Estaba formada por
los 4 conventos: el se San Francisco, el del Carmen, el de La
Merced, que estuvo destinado a los mulatos, y el de los Juaninos
que manejaba el hospital; el resto prácticamente estaba
habitado por los servidores de
dichas instituciones
religiosas; la gran población toluqueña estuvo regada en
el Valle y las haciendas productoras de maíz y
criaderos de ganado, especialmente vacuno y porcino.

Fue don Hernán Cortés el que
estableció las primeras estancias de crías de
cerdos y también el que originó la industria
choricera que ha dado fama a Toluca desde la época de la
Colonia. Los cronistas de aquellos días, como
Jerónimo de Mendieta, Alfonso Ponce, etc., están de
acuerdo en que desde el siglo XVII Toluca tenía ya fama
por su tocinería, aunque también algunos vecinos se
dedicaban a la curtiduría y a la fabricación de
jabones.

Durante la Colonia, la ciudad de Toluca tuvo 146
corregidores, entre los que destaca el capitán
Nicolás Gutiérrez Caballero, a quien se recuerda
por algunas obras públicas que llevó a cabo en el
ámbito urbano. El último fue don Agustín de
Arósqueta, que inició su gestión
el 11 de abril de 1810, precisamente el año en que se
inició la Guerra de la
Independencia.-

F. Época independiente, reforma y
porfirismo

Después de atravesar el Valle de Ixtlahuaca y el
de Toluca, don Miguel Hidalgo
y Costilla llegó a esta ciudad el 29 de octubre de 1810
donde fue recibido en lo hoy se llama calle de la
Federación por los curas franciscanos José de Lugo
y Pedro Orcillés, así como por una gran comitiva de
notables toluqueños, entre los que estaba don José
María Oláis, en cuya residencia que todavía
se conserva en las calles de Bravo y Lerdo, el caudillo
insurgente pasó la noche y probablemente preparó
todos los detalles de la gran Batalla de las Cruces que se
habría de dar al otro día.

Entre los hombres que se unieron a Hidalgo en Toluca,
destacaban algunos caudillos menores, como el Padre
Orcillés, el herrero Juan Canseco y el arriero Mariano
Salazar. Fue también toluqueño el notable fraile
Gregorio de la Concepción, cuyo apellido era Melero y
Piña, aunque no se unió a Hidalgo en esta
ocasión. Después de la Batalla de la Cruces,
Canseco, Orcillés y Cruz, con algo de tropa, regresan a
Toluca donde organizan un cabildo insurgente provisional, del que
también formaron parte algunos artesanos agricultores.
Sabedores de que en Toluca no existía ámbito
propicio para la insurgencia, los caudillos prefirieron ocupar
los cerros, desde el de Coatepec hasta el de Huitzila,
fortificando especialmente el cerro del Calvario, que es una
defensa natural para Toluca.

En octubre de 1811 las tropas insurgentes recibieron un
importante refuerzo en hombres, además de que se
presentó para dirigirlos un general de mayor experiencia y
grado, don José María Oviedo. Así se
dispusieron a recuperar la ciudad que era buena estrategia en el
camino hacia los emplazamientos insurgentes de Michoacán,
especialmente Zitácuaro, ciudaad en la que se había
establecido la junta provisional de Rayón, Verduzco y
Liceaga.

Se recuerda al insigne toluqueño Don José
María González Arratia, porque, junto con el
ayuntamiento y el Gobierno del Estado, aceleró la
transformación de Toluca.

A partir de 1832 se concluyó un acuerdo con las
autoridades eclesiásticas, a fin de que una parte de la
huerta del Convento Franciscano se destina a la
construcción de los Portales, de que tanto se enorgullece
nuestra capital del Estado.

En 1836 se abrieron al servicio e,
incluso, una de sus casas se destinó a Palacio de
Gobierno, – la que hoy ocupa el Gran Hotel, en cuya azotea aún puede
observarse la primera asta-bandera que se usó para izar el
Lábaro Patrio.

Dato importante es que el 7 de julio de 1833 los
supremos poderes del Estado se trasladaron provisionalmente a
Lerma, con base en el Decreto No. 63 expedido por el Congreso
Local, en virtud de que se temía que Toluca fuera asaltada
por algunos grupos insurrectos.

También por situaciones de emergencia los poderes
del Estado salieron de Toluca, debido a que se acercaban a esta
ciudad las tropas invasoras de los Estados Unidos,
con base en el Decreto No. 66 del 7 de enero de 1848, se
instalaron Sultepec.

Ese mismo año, la capital emigró de
Sultepec a Metepec y de ahí a Toluca.

Debemos considerar que fueron eventualidades muy
imperiosas, pero que no por ello se puede decir que alguna vez
Toluca perdiera categoría de capital del Estado de
México. Perdió esta calidad de 1834 a
1846, cuando la República Federal se convirtió al
centralismo y
dejó de estar integrada por estados libres y soberanos,
que en esos días fueron departamentos. En esos años
volvió a ser capital del departamento la ciudad de
México.

El escritor Fernando García Caballero asegura que
en toda época del centralismo, cuando gobernaron elementos
retrógrados, Toluca detuvo su transformación
urbana, la cual había sido iniciada por las autoridades
municipales con gran éxito.
Al retomar la República federal, Toluca vuelve a ser la
capital del Estado y nuevamente González Arratia,
colaborando con los gobiernos del Lic. Francisco Modesto de
Olaguibel, Mariano Ariscorreta y Mariano Riva Palacio, emprende
las obras materiales que
habrían de darle a la ciudad una fisonomía
moderna.

En el aspecto cultural es muy importante dar a conocer
que en 1930 se traslada a Toluca el Instituto Literario, que
había sido fundado por don Lorenzo de Zavala el 3 de marzo
de 1828 e instalado primeramente en la ciudad de Tlalpan. Este
gobernador, preocupado por la educación popular,
instaló también una biblioteca
central, que radicó primeramente en la referida
población de Tlalpan y más tarde pasó a
Toluca. Por eso consideramos que estas dos beneméritas
instituciones de cultura son las más antiguas de nuestro
municipio.

Vida cultural

El Instituto fue clausurado el 5 de octubre de 1835 y
permaneció sin laborar todo el período centralista,
hasta el día 7 de noviembre de 1846 en que el gobernador
Olaguibel lo reabrío, APRA ponerla en manos de un hombre
tan ilustre como el Lic. Felipe Sánchez Solís. Es
ésta la época de mayor esplendor de la casa de
estudios, ya que tuvo catedráticos de la talla de Ignacio
Ramírez " El Nigromante", Felipe B. Berriozábal,
Pedro Ruano y otros, y se produjo en sus aulas la famosa
generación de Ignacio Manuel Altamirano, Los hermanos
Mateos, Joaquín M. Alcalde, Gumercindo Mendoza,
Prisciliano Díaz González; José María
Condés de la Torre, etc., Se recuerda también que
en sus inicios el Instituto fue dirigido por el gran poeta cubano
José María Heredia.

La vida cultural de Toluca, y aun del Estado de
México, giró alrededor del Instituto, que
debía su carácter liberal a las generaciones que
intervinieron en la rebelión de Ayutla, la Guerra de
Reforma y la lucha contra la intervención Francesa, pero
al finalizar ésta y cuando se estabilizan las
instituciones nacionales, se empiezan a multiplicar las escuelas
y los grupos de acción sociaL. La más importante de
estas organizaciones es
la Sociedad Artística Regeneradora, fundada por el Lic.
Manuel Alas, que cambia al Tribunal de Menores su carácter
de cárcel, para convertirlo en Escuela de Artes
y Oficios para Varones. Esto fue a partir de 1871. Posteriormente
en abril de 1882, el gobernador José Zubieta fundó
la Escuela Normal para Maestros, y en 1991 el señor
Villada decretó la Escuela Normal para Maestros y de Artes
y Oficios.

Urbanismo

En cuanto a la transformación urbana, ésta
se inició en Toluca a partir de 1851, cuando el gobernador
Mariano Riva Palacio realiza una serie de obras públicas
importantes, como el mercado que llevo
su nombre (hoy plaza González Arratia), el empedrado de
las calles, la introducción de agua potable y
otros. Poco antes González Arratia había dotado al
pueblo de un parque, que fue la Alameda, y de algunos teatros,
como el de la Plaza de Alba y el de
los Janinos Hospitalarios. El mismo año de 1851
González Arratia inauguró frente a los Portales el
Teatro Principal
y otros servicios.

Esta época fue interrumpida por los conflictos
internos del país y la guerra extranjera; se
reinició hasta 1867, cuando, otra vez Riva Palacio trajo a
Toluca al insigne arquitecto Francisco Rodríguez Arangoity
para que diseñara los principales edificios
públicos: el Palacio de Gobierno, el Palacio de Justicia,
Cámara de Diputados y el Palacio Municipal. El famoso cura
Buenaventura Merlín aprovecho la estancia de Arangoity y
la ayuda de Riva Palacio para que se diseñara la Catedral.
El edificio, sin embargo, no se construyó con ese
proyecto.

Posteriormente el Lic. Zubieta introdujo el alumbrado
público, en 1883; y realizó la primera gran
exposición industrial, agrícola,
ganadera, etc., que se llevó a cabo en una parte del
mercado Riva Palacio.

Toluca la bella

Es en esta época cuando realmente surge la ciudad
que los poetas llamaron "Toluca la Bella", por sus hermosas casas
de estilo neoclásico afrancesado. Al mismo tiempo, y a
partir de 1889, el gobernador coronel José Vicente Villada
realizó las obras sociales que tanto prestigio le dieron:
las escuelas primarias de corte moderno, Hospital general, el
Paseo Colón, el Hospital de Maternidad, la Gota de
Leche, los
lavaderos y talleres para mujeres. El Tívoli para obreros,
etc.

Se remodeló el centro de Toluca, pues hasta esos
días había sido un simple terreno baldío
donde los viernes se colocaba el tianguis. Toluqueños
preocupados, como el Ing. Anselmo Camacho, consiguieron que
elementos del ejército ayudaran a lavar la tierra,
impregnada de jabón e inmunditas, y levantaron nuestro
Jardín de los Mártires. El propio Ing. Camacho
diseñó y construyó el edificio del Instituto
que hoy conocemos como Rectoría de la Universidad.

Política y guerras

En el aspecto político los toluqueños
intervinieron en la Rebelión de Ayutla. A partir de agosto
de 1855 se hizo cargo del Gobierno del Estado de México el
general Plutarco González, también nacido en esta
ciduad, e interesó a la población en el movimiento que
terminó con la dictadura de
Santa Anna. La Rebelión de Ayutla tuvo como resultado la
Constitución de 1857, que se juró en Toluca sin
mayores problemas,
resultando electo gobernador don Mariano Riva Palacio. Sin
embargo, Toluca registró una conjura el 7 de septiembre de
1857, capitaneada por José María Cobos. El general
Plutarco González, que había vuelto a ser
gobernador, persiguió a Cobos hasta el sur, pero no pudo
derrotarlo. Por el contrario, en la cuesta de Platanillo,
González sufrió una emboscada en la que fue muerto.
Por eso se considera a este ilustre toluqueño como el
primer mártir de la Guerra de la Reforma.

Le cabe el orgullo a nuestra capital de haberse
defendido bravamente en contra de la rebelión de
Félix Zuloaga y Miguel Miramón. Se distingue en
esta etapa el general Felipe Berriozábal, quién en
1859 ocupa y fortifica Toluca; no obstante esto fue derrotado por
el general Miramón. El ilustre toluqueño Manuel
Mateos formó parte del grupo de los mártinez de
Tacubaya, pues siendo estudiante de medicina fue
asesinado por gente de Leonardo Márquez cuando intentaba
curar a los heridos.

Más adelante nuestro municipio aportó a la
lucha contra los franceses soldados muy destacados, como los del
batallón ligero de Toluca y los lanceros de Toluca, que
intervinieron al mando del general Berriozábal, en la
batalla del 5 de mayo.

Finalmente Toluca fue ocupada por los imperialistas y se
narra que Maximiliano y su esposa realizaron una visita a esta
ciudad, que posteriormente fue liberada por las tropas comandadas
por el general Vicente Riva Palacio.

El municipio

Por lo que se refiere a las autoridades de Toluca,
según el Lic. José Alanís, dentro del
período independiente hay constancias en las Actas de
Cabildos de las personas que gobernaron el municipio a partir de
1830. De este año a 1927 los ayuntamientos duraban un
año en el ejercicio; de 1928 a 1945 el período era
de dos años, y de 1945 en adelante empezaron a regir los
períodos de tres años. Hay que destacar
también que de 1830 a 1853 se eligen un alcalde primero y
un alcalde segundo. Y en adelante sólo un presidente
municipal. Los primero ediles que tuvo el municipio fueron, en
1930, Ignacio Torrescano, como primero y José María
Mejía como segundo. El primer presidente municipal que
fungió solo, fue Eusebio Suárez, en
1955.

En este primer lapso se pueden distinguir algunos
personajes de importancia que ocuparon la alcandía de
Toluca, como don Julio Lechuga, esposo de doña Micaela
Monroy, que fueron quienes cedieron el terreno donde hoy
ésta la Alameda; A Ignacio Mañón, personaje
que ayudó a don José María González
Arratia en sus obras urbanísticas; al Lic. Pascual
González Fuentes,
liberal destacado que tomó parte tanto en la Guerra de
Intervención Norteamericana, como en la
Intervención Francesa; el propio benefactor
González Arratia fue alcalde en 1852. Después de
1855 se destacan como presidentes municipales Agustín
González Fuentes, José María Condés
de la Tore, Prisciliano Díaz González,
Joaquín García Luna, que luego fue gobernador;
Manuel Alas que también llegó a gobernador;
Ramón Díaz, varias veces presidente; Rafael M.
Hidalgo, también gobernador, se dice de él que
salvó a Toluca de la destrucción y el saqueo en
tiempos revolucionarios; don Alberto Henkel, industrial y
negociante muy progresista; el doctor Juan Rodríguez,
quien también realizó importantes obras
municipales; Benito Sánchez Valdés, connotado
jurisconsulto; don Carlos A. Vélez, maestro y estadista
que inició las obras de la Normal y el mercado 16 de
Septiembre; Antonio R. Barbabosa que también llegó
a gobernador; esto sólo por lo que se refiere al
período pre-revolucionario.

G. Siglo XX: la Revolución

Al acercarse al final del siglo XIX, Toluca es una
ciudad tranquila que no llega a los 16 mil habitantes. Los
escritores Isaura Manuel Garrido, en 1883, y Aurelio J. Venegas
en 1894, escriben sendos libros en que describen la ciudad, dando
razón de sus edificios principales y de sus gentes
más destacadas.

En 1909 Toluca se prepara para celebrar el Centenario de
las Fiestas de Independencia, y se proyecta la
construcción del mercado que habría de levantarse
cerca del Carmen y que luego se llamara 16 de Septiembre; de la
Normal de Profesores y la pavimentación de las calles,
sólo se logra inaugurar la Normal con motivo de los
festejos y con la asistencia del Marqués de Pola Vieja,
plenipotenciario español
que viene en representación de su país, por lo que
también se inaugura la Plaza España.

Las otras obras fueron interrumpidas por la
Revolución que, aunque en Toluca no tuvo sucesos
militares, de todos modos afectó la vida social. Por lo
que hace a la etapa maderista algunos grupos conspiraron, pero no
se levantaron en armas; en junio de 1912, Madero, siendo ya
Presidente, visitó la ciudad de Toluca. Sin embargo, la
mayor parte de la ciudadanía no era afecta al maderismo y en
cambio
sí conspiraba contra el Gobierno, de modo que en 1913
Toluca cayó rápidamente en poder del
ejército federal que comandaba Huerta.

El 27 de agosto de 1914 el general Francisco
Murguía tomó la Plaza de Toluca y de esta manera
terminó el período del gobierno huertista. El
general Murguía entregó tierras a los campesinos y
fundó colonias urbanas en Toluca, por lo que se le
recuerda con cariño; su estancia, sin embargo, duró
poco en el municipio, ya que tuvo que salir por órdenes de
la intervención de Aguascalientes. Toluca quedó
desprotegido, pero se nombró Gobernador Provisional a don
Rafael M. Hidalgo, quien varias veces defendió la ciudad
de los desmanes revolucionarios.

El 21 de noviembre de 1914 el municipio pasó a
manos de los zapatistas que nombraron Gobernador al famoso doctor
Gustavo Baz; en este período Toluca fue el último
refugio de la Celebre Convención Revolucionaria que
aquí se disolvió en 1915.

Cuando las fuerzas revolucionarias se dividieron Toluca
quedo en manos de los carrancistas. El general Pablo
González penetro con sus fuerzas al municipio, designando
gobernador al general Pascual Morales y Molina. Posteriormente, y
de acuerdo con la constitución de 1917, el gobernador
electo fue el general Agustín Millán, quien
reunió en la ciudad de Toluca al congreso constituyente
del Estado de México, el cual promulgo nuestra
constitución local el 30 de octubre de 1917.

Toluca se moderniza.

Toluca empieza a modernizarse durante el periodo del
gobernador don Filiberto Gómez, en 1930, quien
contó con la ayuda de dos presidentes municipales muy
eficientes: don Agustin Gasca y don Aurelio Sotelo; estos
terminaron el mercado 16 de Septiembre, introdujeron el agua y el
drenaje a los lugares donde faltaba; en este periodo,
también, se prolongo la avenida Hidalgo, se modernizo el
parque deportivo que luego se habría de llamar general
Agustín Millán, se arreglaron las calles y se
hicieron otras obras de importancia urbanística; do
Filiberto construyo el primer aeropuerto de Toluca, que estaba
donde se encontraban las canchas deportivas de la preparatoria
Nº 1, le puso el nombre de Pablo L. Sidar , por el famoso
héroe de la Aviación Mexicana.

Respecto a las obras de urbanización realmente se
terminaron, ya con proyectos modernos y con una hechura mas
técnica, en los tiempos del gobernador Alfredo del Mazo
Vélez, quien también construyo los primeros grandes
centros escolares, como el "miguel Alemán", pues los
anteriores eran viejos edificios adaptados; don Alfredo del Mazo
tuvo como obra principal el ferrocarril de Vía Ancha
México- Toluca- Acámbaro.

En esta primera mitad del siglo XX hay algunos hechos
notables, como la celebración del primer Centenario del
Instituto Científico y Literario que se festejo con gran
pompa. También en 1943 el Instituto tuvo como director al
celebre mexiquense Lic. Adolfo López Mateos, quien fue
quien inicio el periodo de la autonomía. Casi al mismo
tiempo desapareció, lamentablemente, la Escuela de Artes y
Oficios.

La Toluca moderna se origina en el gran crecimiento de
la zona industrial, ya que ha servido para que la ciudad de
México y el Valle Cuautitlán-Tezcoco desahoguen una
buena parte de las factorías que los estaban
congestionando.

4 acciones
contribuyeron a la expansión industrial de
Toluca:

1º. Las leyes
proteccionistas de la Industria, que datan de los días del
gobernador Filiberto Gómez, pero que en realidad
comenzaron a funcionar desde el período de Isidro
Fabela.

2º. La apertura de la vía ancha del
ferrocarril México-Toluca-Acámbaro, la
ampliación de la carretera México-Toluca y las
obras de infraestructura: agua, drenaje,
electrificación, etc. De la época de don Alfredo
del Mazo Vélez.

3º. La adquisición de reservas territoriales
por el Dr. Gustavo Baz, que fueron vendidas con facilidades a los
empresarios.

4º. El gasoducto que atraviesa la zona industrial
Toluca-Lerma y la construcción del Paseo
Tollocan.

La industria como resorte

La ciudad ha crecido 10 veces, esto quiere decir que las
autoridades y los habitantes tuvieron que construir otras 10
ciudades iguales a las que existía en 1940. Por desgracia
este crecimiento tan rápido originó que se perdiera
aquel hermoso aspecto de la Toluca porfiriana. Hoy es una
mezcolanza de edificios viejos y modernos, y sin ninguna personalidad.

La gran expansión

En 1945 el gobernador del Mazo promulga la Ley de
Pensiones y se inicia la construcción de casas de interés
social con reservas territoriales adquiridas por la Dirección respectiva. La primera colonia de
la "Niños
Héroes de Chapultepec", que mucha gente conoce
todavía como colonia de Pensiones. Posteriormente se hizo
un intento de instalar granjas en lo que hoy es la colonia
Morelos, pero fracasó y pronto los terrenos fueron
absorbidos por el área habitacional.

A partir de las colonias de empleados se inició
la apertura de grandes fraccionamientos particulares, así
como los oficiales de la Federación auspiciados por el
INDECO, INFONAVIT, FOVISSSTE, etc. En 1970 surgió el
Instituto de Acción Urbana e Integración Social, AURIS, con la idea de
regular el doblamiento en las grandes ciudades del Estado. En
Toluca hizo varias unidades llamadas IZCALLIS. Actualmente se
pueden ver surgiendo áreas habitacionales alrededor de
Toluca, incluyendo los cerros, aunque no sea muy conveniente
construir en esos lugares, por lo que toca a la
remodelación urbana, ésta se inició
realmente gracias a la acción del Lic. Juan
Fernández Albarrán, que tuvo la idea de construir
un "Centro Gubernativo" con la Plaza Cívica en la parte
media. Adquirió las propiedades que estaban alrededor del
Jardín de los Mártires para construir el Palacio
del Poder
Ejecutivo y la Cámara de Diputados. Se
reconstruyó el viejo Palacio de Gobierno para instalar en
él al Tribunal Superior de Justicia, así como el
Palacio Municipal, para que siguiera el estilo neocolonial.
También fue construida, al cabo de cien años de
infructuosos intentos, la Catedral de Toluca.

Después de los sesentas se completó el
sistema de
Portales con lo que se llama Plaza Fray Andrés de Castro;
en terrenos aledaños al templo del Carmen se
construyó la Plaza Angel María Garibay y fue
remodelada la Plaza España, que ya todo mundo conoce como
"Plaza del Quijote". Dentro de este paisaje citadino es notable
el Jardín Botánico que se realizó tomando
como base el viejo edificio del mercado 16 de Septiembre, al que
ya hicimos referencia en otra parte. Se aprovecharon los grandes
ventanales para que el artista toluqueño Leopoldo Flores
diseñara uno de los vitrales más grandes del mundo,
que tiene como tema los afanes de la elevación del hombre
y que hoy es uno de los grandes atractivos turísticos de
Toluca. La modernización urbanística de Toluca
prosigue durante los sexenios que suceden al de don Juan
Fernández Albarrán, con la ampliación de las
calles céntricas, la creación de nuevas
áreas verdes y sobre todo, la apertura de los anillos
periféricos que circundan a la ciudad, como
el Xinantécatl y el Tollocan. De este paseo se dice que es
uno de los más grandes del mundo, que tiene 27.5
kilómetros de largo desde el monumento a Zapata hasta el
monumento a don Isidro Fabela.

En esta misma época fue cuando se remodelaron los
poblados que adquirieron un aspecto provincial limpio y hermoso.
A los Portales de Toluca se les cambió el mosaico por
planchas de mármol y a la Plaza Cívica, que estaba
demasiado vacía, se le agregaron arriates con pasto y
flores en los extremos oriente y poniente.

Obra de gran importancia fue la Ciudad Universitaria,
que construyó el doctor Gustavo Baz en las faldas del
cerro Coatepec, así como el estadio al pie de la misma
elevación. La parte oriente del cerro sirvió para
que el pinto Leopoldo Flores pusiera en práctica una
innovación, el "Arte
Atmosférico", que en cierta forma es efímero, ya
que la pintura que
abarca parte del cerro y el estadio Universitario se habrá
borrado a fines del siglo XX.

Otros lugares dignos de mencionarse y que son un
atractivo para visitarse: el Parque Matlatzinca, en el cerro del
Calvario, el Parque Sierra Morelos, que es de carácter
recreativo, la Villa Charra, etc.

PROYECTO DE IDENTIDAD CULTURAL DE
TOLUCA

El programa
está destinado a profundizar en el
conocimiento de las raíces culturales e
históricas de Toluca como un camino para fortalecer su
identidad, buscando la relación con las nuevas
manifestaciones culturales de sus habitantes, así como el
reconocimiento de las nuevas tecnologías que nos obligan a
reconstruir la identidad cultural, lo cual nos ayudará a
la cohesión social y a una nueva forma de relacionarnos
con el ejercicio del poder público, traducido en
gobernabilidad.

Por lo que no debemos olvidar que la identidad no es
sólo tradición. Lejos de estar eternamente fija en
el pasado, está sujeta a continuo cambio y se encuentra en
constante desafío al transitar este mundo globalizado. Por
eso, la identidad cultural está en permanente
construcción y reconstrucción. La identidad es
también hoy.

El Programa Identidad tiene como objetivo
incentivar la cohesión social y motorizar las fuerzas
endógenas del desarrollo
regional, a través de la definición de instrumentos
conceptuales y metodológicos en torno al tema de
la identidad.

Se parte de la hipótesis de que la revalorización
de las particularidades de las culturas locales -historia y
patrimonio
cultural-, aun en la simplicidad de los hechos cotidianos, es una
de las claves para fortalecer los intereses y las energías
de la comunidad frente a las fuerzas de la
globalización.

  • Identificar elementos actuales y/o potenciales de la
    cultura, el trabajo y
    el medio
    ambiente, que encarnen las aspiraciones de la comunidad y
    que a la vez, permitan construir una imagen consensuada del
    futuro regional.
  • Dotar de valor y significado las sucesivas y
    aceleradas transformaciones –logros y pérdidas-
    que el individuo y la comunidad en su conjunto asumen en la
    vida cotidiana, con relación a su propia identidad y
    reconocimiento.
  • Plantear en su real dimensión la
    problemática de la
    comunicación, como el aglutinante de la
    organización social alrededor de la identidad y, en
    ella, el lenguaje,
    como forma de expresión, sea bajo los medios
    habituales o a través de la incorporación de las
    nuevas formas virtuales.

Desde el punto de vista metodológico,
además de las investigaciones
de gabinete, se encarará, en forma de investigación-acción, una estrategia
de inserción en los procesos de
revisión y de fortalecimiento de la identidad, a
través de la conformación de un entramado de
cooperación con entidades representativas de los actores
sociales que cuentan con mayor aporte "histórico" a esa
identidad (comunidades primitivas, colectividades de inmigrantes
e instituciones públicas y privadas).
Se prevén cuatro líneas de
acción:

  1. La identidad y las nuevas formas de conocimiento: Investigaciones.
  2. La identidad y la convocatoria social: Eventos y
    generación de redes
    sociales.
  3. La identidad a través de los nuevos lenguajes
    comunicacionales: Capacitación en proyectos multimediales,
    ediciones de páginas
    web, presentaciones, etc.
  4. La identidad y las redes interactivas:
    Identificación institutos locales, federales e
    internacionales dedicados a la cultura


Marco
Jurídico

Marco Jurídico Federal

Fundamento constitucional

De acuerdo con la fracción XXV del
artículo 73 de la CPEUM le corresponde al Congreso de la
Unión legislar en materia de
"…vestigios o restos fósiles y sobre monumentos
arqueológicos, artísticos e históricos, cuya
conservación sea de interés nacional".

Otro aspecto del patrimonio cultural es el referido a
los lugares naturales, que están contenidos en el párrafo
III del artículo 27 de la CPEUM:

…se dictarán medidas necesarias para ordenar
los asentamientos humanos y establecer adecuadas previsiones de
uso, reserva y destinos de tierras, aguas y bosques, a efecto de
ejecutar obras públicas y de regular y planear la
fundación, conservación, mejoramiento y crecimiento
de los centros de población; para preservar y restaurar el
equilibrio
ecológico.

Uno más es el regulado por la Ley General de
Asentamientos Humanos, cuyo fundamento es la fracción
XXIX-C del artículo 73 de la CPEUM, en la que se faculta
al Congreso de la Unión para emitir leyes que establezcan
la concurrencia del gobierno federal, de los estados y de los
municipios en materia de asentamientos humanos, para cumplir los
fines previstos en el párrafo tercero del artículo
27 Constitucional.

Ley Federal sobre Monumentos y Zonas
Arqueológicas, Artísticos e
Históricos

Su objeto es la investigación, protección,
conservación restauración y recuperación, de
los monumentos arqueológicos, artísticos e
históricos y de las zonas de monumentos (artículo
2o.).

Se consideran propiedad de
la nación:

A. Los monumentos arqueológicos muebles e
inmuebles producto de
culturas anteriores al establecimiento de la hispánica en
el territorio nacional, así como los restos humanos, de la
flora y la fauna, relacionados con estas culturas
(artículos 27 y 28).

B. Son monumentos artísticos los bienes muebles
e inmuebles que revistan valor estético relevante, mismo
que atiende a la representatividad, inserción en
determinada corriente estilística, grado de
innovación, materiales y técnicas
utilizadas, y otras análogas (artículo
33).

C. Son monumentos históricos los bienes
vinculados con la historia de la nación,
a partir del establecimiento de la cultura hispánica en el
país, que serán los inmuebles construidos en los
siglos XVI-XIX, destinados a templos y sus anexos; arzobispados,
obispados y casas curiales; seminarios, conventos u otros
dedicados a la
administración, divulgación, enseñanza o práctica de un culto
religioso, así como a la educación y a la
enseñanza, a fines asistenciales o benéficos; al
servicio y ornatos públicos y al uso de las autoridades
civiles y militares. Documentos y expedientes que pertenezcan o
hayan pertenecido a la Federación, los estados o los
municipios y las casas curiales. Y los documentos originales
manuscritos relacionados con la historia de México y los
libros, folletos y otros impresos en México o en el
extranjero durante los siglos XVI-XIX, que por su rareza e
importancia para la historia mexicana merezcan ser conservados en
el país. Y las colecciones científicas y
técnicas (artículos 35 y 36).

D. Zonas de monumentos son las tierras en las que se
encuentran los monumentos, así designadas por la
declaratoria que emita el Ejecutivo; ante su falta, son solo
sitios arqueológicos monumentos históricos
separados.

a) Son zonas de monumentos arqueológicos
el área que comprende varios monumentos
arqueológicos inmuebles (artículo 39).

b) Son zonas de monumentos artísticos el
área que comprende varios monumentos artísticos
asociados entre sí, con espacios abiertos o elementos
topográficos, cuyo conjunto revista valor
estético en forma relevante (artículo
40).

c) Zonas de monumentos históricos es el
área que comprende varios monumentos históricos
relacionados con un suceso nacional (artículo
41).

Ley General de Asentamientos
Humanos

Esta ley, en sus artículos 6o. y 7o., establece
que las atribuciones en materia de ordenamiento territorial de
los asentamientos humanos y de desarrollo urbano de los centros
de población, que tiene el Estado a su cargo, serán
ejercidas de manera concurrente por la Federación,
entidades federativas y municipios, y que será a
través de la Secretaría de Desarrollo Social
como la Federación proyectará y coordinará
la planeación
del desarrollo regional, en tan tanto que a las entidades
federativas se les faculta para legislar en materia del
ordenamiento territorial.

En su artículo 33, fracción III, el
referido ordenamiento señala que la legislación
local de desarrollo urbano establecerá disposiciones para
la preservación del patrimonio cultural y de la imagen
urbana de los centros de población.

Monumentos.

Respeto a los monumentos más importantes de
Toluca, lo son por su antigüedad o por su grandiosidad.
Entre los primeros tenemos:

A los Hombres Ilustres del Estado se
erigió a iniciativa del gobernador José Zubieta,
aunque fue inaugurado hasta 1889 por el gobernador Villada. Se
encuentra en el jardín del mismo nombre, frente al templo
de la Merced. Los prohombres nombrados en el obelisco en su mayor
parte son desconocidos, ya que se trato sobre todo de ensalzar a
los funcionarios en el poder.

Hizo el diseño
el Arq. Don Armodio del Valle Arizpe y las esculturas el artista
toluqueño Luís Albarran Pliego. En realidad se
trata de la más grande asta bandera que conocemos. El
monumento fue inaugurado por el presidente Manuel Ávila
Camacho el 24 de febrero de 1941.

Al mismo tiempo se declaro esa fecha como Día de
la Bandera.

Hemiciclo a Juárez. Este monumento fue
inaugurado por el gobernador Alfredo del Mazo Vélez, el 14
de septiembre de 1941; trata de ser una replica en honor al
hemiciclo a Juárez que se encuentra en la alameda de
México, DF. fue diseñado por el Arq. Vicente
Mendiola y realizado por el Arq. Víctor Manuel
Villegas.

Adolfo López Mateos. Busto que se localiza
en el cerro de Coatepec, al suroeste de la ciudad. (Ciudad
Universitaria)

Adolfo López Mateos. Estatua que se
localiza a la entrada del fraccionamiento Jorge Jiménez
Cantú. (La Mora)

Adolfo Ruiz Cortinez. Busto que se localiza a la
entrada de Capultitlán.

Agustín Millán Vivero. Busto que se
localiza en las calles de Miguel Hidalgo y Costilla y
Andrés Quintana Roo Sur.

Agustín Millán Vivero. Busto que se
localiza a la entrada del Panteón General.

A la Madre. Estatua que se localiza en el
jardín del Hospital de la Mujer, Paseo
Colon esquina Paseo Tollocan.

A la Madre. Monumento que se localiza en la
confluencia de las calles José María Morelos,
Mariano Escobedo y Guillermo Prieto Pradillo.

A la Marina. Obelisco que se encuentra en la
confluencia de las calles del Paseo Matlazincas, Dr. Navarro y
Boulevard de los Maestros.

Al Anciano. Relieve
ubicado en el centro pensionista de esta ciudad, esquina de las
calles de Horacio Zúñiga Anaya y Eduardo
González y Pichardo.

Alfredo de Mazo Vélez. Relieve ubicado en
la avenida del mismo nombre, casi esquina con Héroes de
Nacozari.

Alfredo Zarate Albarran. Busto que se localiza en
la calzada principal del Panteón General.

Al Maestro. Monumento en la confluencia de las
calles, Venustiano Carranza, Emiliano Zapata y
Prof. Heriberto Enríquez.

Al Maestro Desaparecido. Se localiza en las cales
de Benito Juárez e Instituto Literario.

A los Niños Héroes de Chapultepec.
Monumento que se localiza en la confluencia de las calles, Miguel
Hidalgo y Costilla, Lerdo Poniente y Paseo
Xinantécatl

Andrés Molina Enríquez. Busto en el
patio central de la Cámara de Diputados y Biblioteca
Publica, Central del Estado.

Prof. Carlos Hank González. Busto en el
lado oriente de la Villa Charra.

Carmen Serdán Alatriste. Busto que se
ubicaba en un principio en las calles de lerdo y Guadalupe
Victoria (ahora Isidro Fabela), desapareció y ya
localizada, se le ubico en el jardín conocido como
Andrés Molina Enríquez, en la calle de Silviano
López.

Cuauhtémoc. Se localiza en el parque del
mismo nombre, antes Alameda.

El Quijote. En la plaza del mismo nombre al
oriente del templo del Carmen, antes se llamo plaza
España.

Emiliano Zapata Salazar. Estatua ecuestre que se
localiza en la carretera México-Toluca, a la altura de San
Mateo Atenco.

Eucario López Contreras. Busto que se
localiza en el panteón General, en la entrada del lado
derecho.

Ezi Matuda. Busto que se localiza en el Museo
Botánico "Los Vitrales"

Felipe Villanueva Gutiérrez. Busto que se
localiza en el parque Cuauhtémoc, al lado sur de la
estatua de Cuauhtémoc.

Fray Andrés de Castro. Estatua que se
localiza en la plaza del mismo nombre, lado oriente de la
Catedral.

Glorieta de la Maquinita. Se localiza en la
confluencia de las carreteras de Querétaro y Naucalpan y
Avenida Isidro Fabela.

Dr. Gustavo Baz Prada. Busto, se encuentra en las
instalaciones de la UAEM, en Instituto Literario Nº
100.

Horacio Zúñiga Anaya. Busto, dentro
de las instalaciones de la UAEM.

Ignacio López Rayón. Busto, que se
encuentra en la confluencia de la calle de este nombre y Paseo
Matlazinca.

Ignacio Manuel Altamirano. En las instalaciones
de la UAEM lado sur, sobre la calle de Valentín
Gómez Farias.

Ignacio Ramírez Calzada. Busto que se
localiza en el jardín ubicado en 21 de Marzo y 18 de marzo
barrio de la Retama.

Ignacio Zaragoza. Ubicado en el jardín del
mismo nombre.

Isidro Fabela Alfaro. Estatua ubicada en la
salida a la carretera a Querétaro, en el paraje Tres
caminos.

Jesús García Corona. Busto que se
localiza en el jardín ubicado en boulevard Isidro Fabela,
frente a la Normal del Estado.

Jesús García Corona. Busto en la
confluencia de Avenida Independencia oriente y calle Lic. Alberto
García.

José Antonio Alzate. Busto que se localiza
en al explanada en el Parque Matlazinca.

José Antonio Alzate. Estatua ubicada en la
esquina de Avenida Independencia oriente y Leona
Vicario.

José María Morelos. Estatua ubicada
en la confluencia de las calles Horacio Zúñiga,
Sitio de Cuautla y Colegio de San Nicolás.

José María Morelos. Estatua
ecuestre que se localiza en la plaza del mismo nombre, al
poniente del Palacio de Justicia.

José María Velasco. Estatua que se
localiza en la calle Ángel María, en la colonia de
los Ángeles.

José Vicente Villada. Busto ubicado en la
calzada principal del Panteón General.

José Vicente Villada. Estatua ubicada en
la calle del mismo nombre y entronque con Paseo
Colón.

Juan Fernández Albarran. Busto que se
localiza en el jardín ubicado en las calles Juan
Fernández Albarran, Pablo Sidar y calle Ignacio
López Rayón.

Ponencia que presenta el

Lic. Abraham Bastida Aguilar

Partes: 1, 2
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